martes, 11 de noviembre de 2008

El Dragón de Nubes



















Capítulo III


Maple


El barco corría sobre el aire a velocidades vertiginosas, de manera que Flora mandó a aminorar la marcha. La brisa se calmó y entonces sí, le fue posible acomodarse un magnífico sombrero. Su cara desapareció repentinamente bajo la sombra que le propiciaban las anchas alas del fieltro, sin embargo, seguía allí. A medida que se acercaban a las islas, la charla que mantenían se desviaba del plan de Violeta y tomaba otros rumbos.

- Apropósito, ¿qué va a suceder con Giannis? –le preguntó Lola a Flora, mientras pensaba en Ron, y su nueva vida en el Nueve Mares.

- Bueno… en vistas de que no podemos encarcelarlo otra vez…

- ¿Por qué?

- Bueno, Giannis… ya te explicaré con detalles, pero la verdad es que la comunidad internacional… al menos una parte de ella, nos esta presionando desde hace años para que lo repatriemos. Y sabemos que no dudarán en condenarlo a muerte.

- ¡Por Dios: ¿pero que ha hecho ese hombre?!

- Nada que evidencie demasiada demencia… En fin, hace tiempo venimos resistiéndonos a entregarlo, por supuesto, teniendo los debidos actos de buena fe…

- ¿Como mantenerlo encerrado?

- Exacto… Pensamos que en un tiempo la situación se normalizaría, pero de hecho empeoró. De momento, creo que lo mejor sería que lo tomases bajo tu protección.

- ¡¡Pero, yo no quiero esclavos!! ¡¡Es una locura!!

- Lo lamento, pero de no ser así tendremos que ceder, y lo matarán. –.

- Pues que lo…lo… ¿Por qué? –preguntó Lola con desesperación.- ¿Y no pueden liberarlo? –preguntó Lola. Flora hizo un gesto negativo y sonrió irónica.

- Sería una catástrofe: es como lanzar una declaración de guerra… Mira, ya estamos por llegar. –dijo Flora mostrándole a Lola una gran muralla de piedra con torres y puertas gigantes. Flora y Lola subieron al bote volador y llegaron a una de las torres. Allí los esperaban para cobrarles peaje. La gran puerta de metal se abrió y El Ojo Mágico pasó al interior. Allí ya se veía el gran archipiélago llamado Isla de Ood.

- Vamos a entrar a Maple por el río Marabierto. –entonces, le sonrió:- No intentes ver todo lo que alcanzas a mirar.

Lola estaba impresionada por el color del agua, la claridad de esmeralda, el brillo de la luz sobre las ondulaciones amorfas. Por aquel espejo se colaban las imágenes de otro mundo, tan distante y cercano que Lola podía apreciar animales y plantas exóticas, como jamás había imaginado. Animales de tres mil ochocientos cincuenta y nueve colores, formas, tamaños…

Una gigantesca serpiente de color verde metálico, casi más larga que El Ojo Mágico, pasaba por debajo de ellos. Sus ojos achinados, muy negros, enmarcados en cuatro pestañas largas y encorvadas, se posaron en ella un segundo, como advirtiendo a la extranjera. Pareció comprobar su conjetura y en un movimiento veloz, serpenteando entre la nada. A su lado corrían peces de arco iris, algunos con sus patas de flamenco o de patos, persiguiendo a un hipocampo, grande como un potrillo, con patas de pulpo y crines de caballo.

Sin darse cuenta, se acercaban a una nueva muralla, mucho más pequeña que la anterior, pero seguramente más antigua, de rocas embebidas en musgos y comidas por el viento. Por detrás de las piedras, los esperaba Maple, sin dudad. El puerto, sin embargo, las esperaba fuera de la ciudad, de manera que descendieron de El Ojo Mágico y caminaron por la rambla hasta un pequeño bote de color verde.

- Ahora sí entramos a Maple. –dijo Flora mientras la gran puerta de metal se abría. La ciudad se desplegó ante sus ojos, como un pergamino embebido en colores, fresca y mágica. Las casas ondulantes, amorfas, parecían no respetar lógicas arquitectónicas, abusando de balcones y vitrales; completando el paisaje, sobre el río, se elevaba un gran puente que sostenía la Universidad y algunos de los edificios más importantes. Esa parte de la ciudad estaba conectada con las otras por medio de largos puentes colgantes, como los verdes y floridos del gran zigurat. Por atrás de la ciudad, llegaban los reflejos de la Costa Amarilla.

Al fondo, donde el río doblaba, se encontraba el castillo. Aunque estaba hecho de piedra gris, era verde, lleno de enredaderas. Como las casas de la ciudad, tenía vitrales y miles de puentes colgantes entre torre y torre. Los románticos soñaban con ese espacio, impregnado de naturaleza, construido como un racimo de uvas, unidas una por una.

Ya dentro, Lola descubrió un palacio lleno de luz, ventanas, corredores, habitaciones, escaleras y palcos. Todo del más brillante blanco, de los amarillos más rubios, de los anaranjados más atardeceres.

- Este es tu cuarto y por allí está tu baño. –dijo Flora, al entrar en una gran habitación, con ventanas gigantescas, manchándolo todo de oro.

- Creo que me vas a malcriar. –dijo Lola riendo, observando el lustroso mobiliario, y la completa colección de antigüedades de porcelana cuyas mujercitas de largos cabellos, se agolpaban hacia los bordes de las repisas para conocer a la recién llegada.

- No creo que lo haga por mucho tiempo. –respondió una vos pegajosa. Lola pudo ver a… vio doble. No, no. Eran dos. Dos tías Brunilda. Flora se dio vuelta con algo de espanto.

- Lola te presento a las Gemelas Jroáz: Brunilda, la actual reina y Liliana. –. Las dos eran idénticas. Brunilda tenía el pelo corto recogido, con bucles. Su piel tensa, trabajaba incansable sobre el voluminoso cuerpo de la mujer. Tenía puesto un collar de perlas que daba tres vueltas y un kimono negro con flores rojas.

Liliana, en cambio, parecía haberse vestido con un arco iris, combinando texturas y tramas imposibles de juntar. Sobre su naricita, llevaba unos anteojos grandes de charol como Lola jamás había visto y el pelo recogido con un pañuelo.

- ¿Cómo estuvo el viaj…? –preguntó Lili acercándose feliz.

- Me han dicho que tienes papeles para mí. –le dijo Brunilda a Lola, tajante.

- Sí. –le respondió. Lola sacó de su mochila la carta de Violeta. Brunilda la leyó detenidamente y pronto gruñó.

- Síganme. –.

Caminado por lo pasillos, se encontraron con Giannis, atado de manos, quien se puso al lado de Lola murmurándole sonriente:

- ¿Ya prendieron la mecha?

- ¿Cuál mecha?

- La de la bomba… la tía parece a punto de explotar. –. Lola no llegó a contestarle: habían llegado a la biblioteca.

- Éste –dijo Brunilda sacando un libro viejo y gordo de un estante.- es el libro de Los Reyes Azulados

- El que contiene las normas a seguir cuando uno es o va a ser rey. –explicó Lili, bajando paulatinamente la voz, a la mirada asesina de su hermana.

- Ejem… Como llevo coronada un mes, tengo a mi favor la cláusula del Dragón. –. Dejó el marcador en una página y le mostró el libro a Lili, Flora, Giannis y Lola. El libro, para sorpresa de la muchacha, comenzó a hablar:

- Cláusula del Dragón: La persona beneficiada es la que estuvo en el trono más de un mes, sin el permiso del verdadero sucesor o el anterior gobernante. En este caso puede disponer la búsqueda del Dragón de Nubes. Se formarán dos partidas: una a favor del “rey” y otra a favor de los verdaderos sucesores. En estas…

- Vaya al grano. –replicó la reina.

- Eeh, si, si…El que lo encuentre en el menor tiempo se quedará en el trono.

- Así es que si yo gano, gano. –dijo Brunilda.

- Ojalá que ganes, porque las manos de ésta bañados en aceite. –le dijo el libro a Lola cuando ella lo cerró.

- ¿Puedo llevármelo a mi cuarto? –preguntó señalando el libro. No esperó respuestas y comenzó a caminar por los pasillos. Giannis la seguía divertido.- ¿Porqué me sigues? –le preguntó Lola parando en seco.

- Soy tu “esclavo” personal, ¿no recuerdas? –le respondió. Los pasillos parecían no llevarlos a ningún lado: las puertas que, parecía, estaban destinadas a fines privados, se abrían y se les cerraban en la cara. Aquello ya la estaba exasperando…- ¿Nunca has oído que en los castillos los reyes dormían con toda su familia y sus sirvientes en la misma pieza y, a veces, -dijo él, acercándose a su oído.- hasta en la misma cama…?

- Si, lo sé. Pero en tu caso, yo te pondría a dormir en un arcón. –dijo Lola, volviéndose de repente, cuando la puerta se cerró de mal humor.

- Tu cuarto está en la torre este. –dijo el libro. Entonces, comenzó a guiarla por los pasillos, mientras e cruzaba mayordomos y mucamas. - Tienes que subir por esta escalera. Luego dobla siempre a la derecha y vas a llegar a un puente colgante. Aquí, ¿si? Ahora sigue derecho por esta escalera y vas a llegar a tu balcón. ¿Correcto? Esta habitación no te esta vedada, ¿lo ves? La puerta no se cierra.

- Creo que voy a necesitarte. –le dijo Lola cuando llegó. Cerró el ventanal que daba al balcón y dejó a Giannis afuera.

- ¡¡Oye, Lola, por favor, déjame entrar!! –gritaba desesperado, mientras golpeaba el vidrio con sus dos manso atadas.

- Vete a otro lado: no eres mi sirviente. ¡Fush: eres libre!–dijo Lola corriendo el cortinado. Cuando lo hizo no se escucharon más los gritos de Giannis y una hermosa música sonó.- Bien, esto me gusta. Ahora, ¿puedes explicarme qué es el Dragón de Nubes?

- Pues, es un dragón hecho de nubes. O una nube con forma de dragón pequeño. Para la fecha en la que me escribieron, se decía que estaba escondido en las cuevas de la Isla Volcanes, pero allí solo habitan gigantes. Pero me he actualizado, sabes, y el Dragón de Nubes es un ser inexistente, ¿sabes? Es imposible “encontrarlo”. Sin embargo, puede cercárselo. Brunilda ya tiene todo preparado para ir a buscar a Cerrazón, el gran pintor de nubes. Es un ermitaño y vive en la Isla Cóndor, en el pico más alto de la Isla de Ood: El Galeón. Para llegar hasta allí, debes cruzar toda la Isla de Ood, además de crear para él un pincel y una pintura muy blanca y especia, de forma que pueda pintarte al Dragón de Nubes.

- ¿Cómo sabré que debo usar para cada uno? ¿Cómo debo comenzar el viaje? Yo no conozco la Isla e Ood.

- Primero: en el cuarto de Violeta está el libro que tiene la receta y los ingredientes. Incluso te da los nombres y las direcciones de las personas que saben preparar las cosas más difíciles de la fórmula. Pídele ayuda a Flora y Lili. También pueden ayudarte Vicky, la otra hermana de Violeta.

“Para comenzar el viaje, debes confeccionar una lista de nombres que voy a darte. Mientras menos personas lleves, mejor será, así que comienza a escribir.

Lola buscó entre los cajones, inútilmente, encontrando pañuelos y anillos, aros y perfumes. Hasta que las ninfas de porcelana le acercaron un tintero, pluma y papel. Lola sonrió.

- Gracias.

- Primero, necesitas a Ale Scotch. Ha recorrido veinte veces por si mismo la Isla de Ood de pies a cabeza, es un muchacho valiente, le gusta la aventura. En este momento se encuentra en Pueblo Perdido, muy cerca de Maple.

Luego debes reclutar al profesor Tim Blest. Él conoce todos los animales y vegetales fantásticos de la región. Es científico y también doctor. Se encuentra en el Pueblo Comando.

Tienes que tener en cuanta también a Giannis, conoce a cada ser de la Isla de Ood, tiene contactos, informantes diseminados por todas partes y eso va a ayudarlos.

- ¿Es indispensable? -preguntó la joven.

- Mmmmh –gruñó el libro.

- Por favor, continúa.

- Ejem… bien… ¿por donde estaba? Ahhh, sí: supongo que debes contar con el deportista Otis Sera. Fíjate en las montañas que tendrás que escalar, los ríos que cruzarás… una bolsa de peligros que deberás llevar siempre en este viaje. Se encuentra ahora en Maple, muy cerca de aquí.

- ¿Seremos cinco? –preguntó Lola.

- ¿Puedo ir yo también? –. Lola levantó la vista y vio a la menor de las hermanas Jroáz. Tenía doce años y se llamaba Victoria.

- ¿Tú que dices Flora? ¿Puede ir? –le preguntó Lola a Flora.

Era tarde ya. Ahhhh, el atardecer el Maple. Los violáceos, el anaranjado. La luna y el sol, las estrellas y las magnolias… como en los patios.

Lola y Victoria habían pasado aquella tarde haciéndose compañía. Lola se había sentido una niña a medida que la pequeña la guiaba por los pasillos y le mostraba los baños, y las cocinas, presentándole al chef y a sus ayudantes. Habían jugado con Giannis a las escondidas, entre los árboles del jardín.

- ¡Vete, nos encontrará!

- De eso se trata. –le había respondido Giannis, cuando, de repente, había aparecido a su lado, abrazándola para no dejar huellas bajo la sombra de un álamo.

- …Noventa y nueve… ¡Y cien!

- Y bien… querría saber… si es posible… -se decían en susurros, para que Victoria no los encontrase.- ¿Qué has hecho para convertirte en un esclavo?

- Pues… hace ya varios años… al norte, organizamos la Revolución de Haita… aún no sabes de que te hablo, claro. –le dijo- Pero, en algún momento, entenderás. La cosa no funcionó como debía; aplacaron el movimiento y… ahora buscan mi cabeza…

- ¡Piedra Libre!

- ¡Siiii, déjame ir…!

- Mh… Debes ganarte ese premio. –le dijo Flora a Vicky.- Ahora, ve a dormir, ya es la hora. Y tú, Lola, acompáñame con el libro.

Cuando llegaron a la biblioteca, Lola se encontró allí con Giannis y Lili.

- Bien, ahora que estamos todos… –dijo extendiendo sobre la monumental mesa de la biblioteca un gran mapa que mostraba la Isla de Ood. Se veían trece islas de diferentes formas y tamaños. Muchos ríos las separaban en menor o mayor medida. Había muy pocas ciudades marcadas, centradas en las costas, y se podía ver alguna que otra estación de trenes azules perdida.

- Por aquí. –dijo Flora señalando un río grande al norte, con el nombre de Marabierto.- es por donde entramos a Maple. ¿Ves que desemboca en cuatro ríos más pequeños? Bien, voy a explicarte lo que hemos pensado…

- Yo ya tengo un plan. –dijo Lola.- El libro me lo dijo.

- Veamos –dijo Giannis, interesado. Así es que Lola les explicó el proyecto y enseñó los nombres que las páginas habían señalado. Todos estuvieron de acuerdo en obrar de aquella manera, pero el libro no especificaba en que lugar de la pieza de Violeta se encontraba la receta para el pincel y la pintura.

- Nos será imposible continuar sin él.

- Y podría ser tarde para cuando lo encontremos.

- ¿Dónde puede estar? –preguntó Lili.

- ¡¡Yo lo tengo, yo lo tengo!! –. Un vendaval abrió las puertas de la biblioteca y sacudió los libros en su letargo de estante, agitando una carpeta en sus manos. Victoria había escuchado toda la conversación escondida detrás de la puerta y ahora les daba la respuesta.-

- ¡¡Bien!!

- ¿Violeta te lo había dejado? -preguntó Lili, con suspicacia.

- Nooooo. -respondido ella, como si eso fuese obvio. - Lo encontré hace semanas, investigando en su cuarto. Mas eso no importa, por favor: tenemos cosas más urgentes que discutir, sobre el viaje. -dijo, sentándose a la cabeza de la mesa, entonando un gesto serio.- Por ejemplo, ¡¿puedo ir ahora?!








11 comentarios:

silvia zappia dijo...

Cuando vi la imagen de la ciudad de Maple supe que algo extraordinario iba a ocurrir.Y me fui con Marco Polo a descubrir Ciudades Invisibles.
Y de pronto, como Alicia, me encontré del otro lado,y me vi, como el Señor Azul, de ventana a ventana, y supe, como La Maga, que en el lado de allá no basta una rayuela para llegar al cielo.
Subir al zigurat de Maple se hace más fácil en trenes azules,y por qué no en góndolas venecianas,o trepando puentes de cañerías abandonadas.
Por cuánto tiempo recordará ésto Lola?Le alcanzará la vida para hacerlo?
Pero sólo estamos contando historias,créannos!


Te superás Ro,aplaudo de pie!

DELIRICOM dijo...

BUENO, PASE, VI ESTA HISTORIA Y ME TOME EL TRABAJO DE IMPRIMIR LOS TRES CAPITULOS DEL DRAGON DE LAS NUBES PARA DARLES EL TIEMPO Y LA ATENCIÓN QUE MERECEN, DESPUES VULVO CON MI COMENTARIO DE LOS MISMOS.

BESOS.

DELIRICOM dijo...

PERDON, ME TRAICIONO MI SUBCONCIENTE, RECIEN ESTUVE VIENDO UNA NOTICIA DE LAS CONEJITAS PLAYBOY, BUE, LA COSA ES QUE NO ERA VULVO SINO VUELVO, DESPUES VUELVO CON MI COMENTERIO JEJE

DELIRICOM dijo...

BUE, TAMPOCO ERA COMENTERIO, ES QUE AHORA ESTABA PENSANDO EN UN ENTIERRO, ENTIERRO - CEMENTERIO? SE ENTIENDE? BUE MEJOR DEJO DE ESCRIBIR, TUVE UN DIA DIFICIL, BESOS

silvia zappia dijo...

Gracias por tu comentario en el último de mis patios! Y fuiste la única que captó la indecencia subyacente en ellos!
Es porque sos una mal pensada,como si vivieras en Cloe!


Besis!

CeLeS! ~ dijo...

y no, 5 personas no pueden equivocarse... wow! Que lindooooooo! Me encontré leyendo a casi dos centímetros de la pantalla con una gran sonrisa dibujada en mi (bello)rostro...estuve en Maple... me imaginé un gran laberinto y pensé en Alicia, estuve en esa rambla con cúpulas q sólo conocimos en los espejos... y ahora me dispongo a buscar un Dragón de Nubes...


A la espera...


PD: a Maple la dibujaste vos?

DELIRICOM dijo...

TREMENDO ESCRITO, ESTUVE LEYENDO ENTRE SEMANA LOS 3 CAPITULOS, (UN POCO ME INSPIRO PARA ESCRIBIR SOLO EN SOLANO) ME ENCANTO TODO, Y A PESAR QUE TUVO POCA PARTICIPACIÓN HASTA AHORA VEO EN EL PERSONAJE DE VICKY MUCHO BRILLO, YA SE GANO MI CORAZON, AGUANTE VICKY!!!!, DE VERDAD, SE NOTA UN CONSTANTE PORGRESO DE CAPITULO A CAPITULO Y ESO ATRAPA MAS AL LECTOR, CUANTO TENEMOS QUE ESPERAR PARA EL PROXIMO CAPITULO? QUIERO AVENTURAS ROLALOLA!!!! DAME AVENTURAS!!!!!!!

Anónimo dijo...

vi ese dibujo en otro lugar mm me da la sensacion de buscando a wally.
si mui bizarro lo mio.
un beso

silvia zappia dijo...

Felicidades Señorarola!
Es merecedora de un premio!
Por favor, pase por mi zigurat para recibirlo!

silvia zappia dijo...

En respuesta a tu comentario en la entrega de premios:
Dijo el tío Gus:
"...adorable puente se ha creado."

Gracias totales!

Redacción Multimodal.ar dijo...

Excelente! tengo que admitir que me fue difícil ordenar los nombres de los personajes.. siempre me pasa eso. Qué linda novela,, que tonos mágicos ha tomado, a bordo de El Ojo Mágico, escuchando libros que guiaban con palabras,, y esta expedición que está a punto de comenzar y estoy ansioso por leer... nos vemos en minutos, en el capítulo cuatro!

Ah y no quiero dejar de destacar los simpáticos detalles de incluír símbolos amistosos; me refiero a el gran zigurat en la entrada de Maple, a las estrellas y las magnolias, 'como en los patios' que mostraba el atardecer de Maple; las estaciones de trenes azules perdidas en el mapa de la isla de Ood (leer eso me dibujó una amplia sornisa). Y eso nombrando solamente los que yo pude entender, suponiendo que hay más de los que todavía no reconocería.

Ahora sí, a leer el capitulo 4 :D