Abrió la heladera y la luz pálida del interior sólo le devolvió el reflejo de unas manchas pardas.
¡¡Carne…!!
pensó.
¿Cuánto había dormido?
¿Cuándo había sido la última vez que había dejado la casa, cruzando el campo, para buscar comida?
¿?
...
....
No sabía.
Corrió hacia el frezzer y detrás del aliento helado del hielo, sólo se encontró con el vacío. En el primero, en el segundo, y en el tercero.
Hambre, tenía haaaaaambreeeeee… Carne…
tic tac tic tac
carne...
De modo que no quedó otra opción que abrigarse bien, tomar el hacha, y disponerse a buscar, entre las casonas de aquel páramo, alguna hija, un par de criados, y de ser posibles, algún gordo estanciero para amortizar las siguientes semanas.
jueves, 22 de abril de 2010
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7 comentarios:
Única tu energía! me encanta!
el negro te queda bien...
...
.....
.......
habrá que salir, nomás...
mil besos*
creepy. i love it.
jaja...
me voy a comerme un sandwich de maestra con dedos de pintor fritos y ojitos de colegiala en escabeche... y a la camitaaa.
Jajajaja!
Saludos bogueros desde mi laberinto.
FaCu.
Quiero saber más, estoy intrigada¡!¡
Una novela, por favor!¡! O un cuento.
Más, más, más besos.
Estou adorando os seu escritos!
Demais!
Parabéns!
Mil besos...
Me encanta la fuerza con la que está escrito el post... Genial.
Saludos y un abrazo enorme.
Ya te lo dije... genial!
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